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Blog del Torneo

Una Semana despues

  • Foto del escritor: Fase Final Infantil Femenino
    Fase Final Infantil Femenino
  • 17 abr 2017
  • 5 Min. de lectura

Una semana después, vuelvo al pabellón donde todo sucedió. Donde se vivió la mejor Fase Final que recuerdo, en cuanto a igualdad se refiere,...

...y ya no queda nada.

En el pabellón no queda rastro de lo que paso aquí ese fin de semana.

Han desaparecido las pancartas, se han llevado las vallas y las banderas, han retirado la grada supletoria, se ha desmantelado la sala de relax donde las chicas descansaban después de los partidos, se ha apagado la música, esa que nos dio tantos quebraderos de cabeza a la organización.

Se han apagado las luces...

Pero aquí, en un rincón del pabellón, sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared, las piernas encogidas rodeadas de mis brazos con los dedos entrelazados y con la mirada perdida, puedo revivir los últimos preparativos, la sensación de no llegar a tiempo, los nervios por si la cosa no saliera bien.

Puedo ver la llegada de los equipos, despistados sin saber muy bien donde ir ni a quien preguntar. Las chicas con cara de ilusión, nervios e incertidumbre.

Aquí sentado en mi rincón, puedo ver como se llenan las gradas, algo a lo que no estamos acostumbrados, pero he de decir que si teníamos esperanzas de que pasara.

Veo a la gente que estaba viendo el partido de fútbol en el campo de al lado, como se acercan a ver lo que estaba pasando y por un momento se olvidaban del fútbol y se quedaban viendo nuestros partidos asombrados del ambiente que se vivía en el pabellón.

Aun puedo oír el retumbar del tambor de los 300 y a esos 300 animando a las suyas sin parar, incansables hasta el último punto del último set del torneo.

Puedo ver el reencuentro de amigas de diferentes clubes dándose abrazos y besos antes de los partidos.

Puedo ver los saludos previos al partido de los equipos, deseándose suerte de corazón antes de los partidos.

Puedo ver la lucha por cada punto, puedo sentir la ansiedad de las jugadoras al verse abajo en el marcador y la euforia contenida de las que van por delante. Veo entrega, sacrificio, trabajo de muchos meses y pasión, pasión por este deporte que las vuelve locas, bendita locura.

Siento la alegría de la vencedoras y la tristeza y dolor de las derrotadas.

Veo el compañerismo y la deportividad de las vencedoras abrazando y consolando a las que no han tenido esa suerte.

Veo la deportividad de esos entrenadores que rectifican a los árbitros aunque eso vaya en su contra.

Vuelvo a sentir la emoción del torneo, un torneo que no ha tenido un claro vencedor hasta el final, hasta el último set. Hasta el último momento no había ni un solo puesto claro. Nivel, mucho nivel es el que vivimos ese fin de semana.

Aun puedo ver a las chicas de los Alcázares sentadas bajo esa portería del pabellón, nerviosas, comiéndose las uñas, mirando cada treinta segundos el marcador, que se ponía a su favor, que se ponía en su contra, que sí, que no. Algunas se tuvieron que esconder en la sala de relax porque no aguantaban tanta presión.

Puedo sentir los nervios de Paco, creciendo cada punto, cada sets. La risa nerviosa de Joana con esa sonrisa incansable y esa energía que Dios le ha dao.

Puedo ver la cara de lagrimas de las chicas cuando el último punto del sets las hizo campeonas. Las carreras hacia el vestuario para decírselo a las demás compañeras, y como se funden en una piña y saltan celebrándolo.

El abrazo de Joanna con Paco, dándose la enhorabuena y acordándose del año que han pasado, dejando a tras problemas humanos y Divinos, acordándose de aquellas luvias que les obligaron a emigrar de su casa, y jugar de prestado donde les dejaban, con lagrimas en los ojos, lagrimas de alegría, de haber logrado un objetivo para el que parecían no estar llamados.

Puedo ver el abrazo de dos "HERMANOS", Paco y Chema, si dos hermanos con mayúsculas, siempre juntos en lo bueno y en lo malo, siempre apoyando el uno al otro.

También puedo revivir el llanto desconsolado de las chicas de La Unión al perder su partido. Las lagrimas de Emma de decepción por no haber logrado el objetivo. Lagrimas de rabia por no haberle podido dar a sus chicas el primer puesto, lagrimas que se tornaron de orgullo, admiración y respeto hacia las suyas reconociendo el trabajo realizado y la lucha, la garra, la fuerza y la pasión que mostraron durante este torneo.

Puedo ver a unas chicas de la Unión súper agradecidas a su entrenadora regalándole al final del torneo un bonito ramo de flores como muestra de agradecimiento, respeto y admiración.

También puedo recordar como dos equipos de mi club se metieron en la fase final y realizaron un torneo impresionante. Como un equipo de segunda división tuvo opciones de llevarse el torneo hasta el último momento.

Puedo recordar la entrega de trofeos, con la alegría en la cara de todas las chicas al recibir sus trofeos, los abrazos de las unas con las otras, las felicitaciones sinceras y la deportividad entre ellas, pero sin perder ese espíritu de competitividad y citándose, ya, para el año que viene. Creo que el futuro de nuestro voleibol está garantizado con esta promoción.

Veo el fin de fiesta, una comida con todas las aficiones unidas y las protagonistas comiendo juntas, comentado el torneo y hablando de sus cosas.

Miro y no doy crédito de lo que hemos conseguido en este torneo.

Jamás imagine que 4 personas pudiéramos organizar lo que hemos organizado y en tan poco tiempo, si nos dan 4 años, somos capaces de organizar las próximas Olimpiadas.

Hemos intentado atender al máximo las necesidades de las protagonistas, las chicas, para que se llevaran el recuerdo de que estaban en algo grande, y no en un partido normal de un deporte minoritario, recuerdo que somos el segundo deporte femenino con mas fichas federativas del mundo.

Hemos intentado que todo el mundo se estuviera a gusto en nuestra casa y que se sintiera como en la suya.

Desde este rincón del pabellón, solo me queda dar las gracias a los patrocinadores, que sin ellos seguro esto no hubiera salido así, a los equipos por su buen comportamiento y deportividad y a todos los asistentes por venir, animar y ayudar a hacer este deporte más grande en nuestra Región.

Y por supuesto a Eva y su marido Luis, por su gran labor en temas burocráticos, de captación de patrocinadores y de trabajo durante este torneo.

Y principalmente, alguien sin el cual no se habría podido hacer esto, nuestro Presi, Patricio, que cogió el guante que le lanzo la federación y que contó conmigo para ayudar a montar toda esta Locura.

Hemos intentado hacer algo grande, bonito y que gustara a todos. No sé si lo habremos conseguido, eso lo tenéis que decir vosotros, los participantes, los visitantes y aficionados.

Yo solo quiero decir que me siento orgulloso de lo que hemos hecho 4 personas en poco más de 20 días

A todos gracias, espero que esto no se me olvide nunca y nos vemos en la próxima.


 
 
 

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